¿Qué día es hoy? ¡Sábado! (o domingo), ¿¡Qué toca hoy!? ¡PASEO!, ¿¿¿y que vamos a hacer??? ¡¡PASEAR!!!… que bién, que bién… te vas con tu perrete guapo, ¡Tralaríiii, tralaraaaaa, nos vamos a pasear!, vamos para allá.
Llevamos un rato paseando, que alegría, que alboroto… hemos visto a diferentes perros, olisqueada de culos entre ellos, cuatro movimientos de cola, cuatro palabras con los amos (si es que hay palabras, que a veces sólo hay un par de sonrisas…) y seguimos paseando.
De repente a lo lejos vemos a alguien (mujer u hombre, aunque reconozco que la mayoría de personas que he encontrado de este tipo son más mujeres que hombres), que van manteniendo una conversación de lo más trascendental con el perro… ¡Mierda! su perro y mi perro se paran para olerse… la mujer se emociona y empieza a hablar del perro, habla y habla más de lo necesario, le habla al perro como si fuera una persona, lo coge y lo besa como si fuera su hijo y tu no sabes muy bien como decirle a esa mujer que te tienes que ir, porque de hecho, no te deja ni hablar. Te cuenta como lo encontró, te cuenta lo que le gusta comer, te cuenta su personalidad, te cuenta donde duerme y sus manías, mientras lo hace va mirando al perro y de vez en cuando mira al tuyo y le hace una pregunta (sí, al perro, directamente) «¿y tu guapo, qué edad tienes tú?¡Cosita!», pero es una pregunta absurda para seguir ella misma con el monólogo porque automáticamente sigue hablando «¡Choni tiene ya ocho años, pero me vuelve loca!» (pensaba que esto de la locura venía de serie, no porque te lo «sacara» un perro), y sigue hablando de Choni como si fuera su mejor amig@… lo que hacen juntas, lo que han hecho, lo que harán… El perro quiere largarse ya porque da por finalizada la olisqueada de bajos de mi perra, pero ella sigue hablando… y el perro la mira mientras bosteza… y ella habla… y el perro se tira al suelo… y ella habla… y tú que te vas apartando hasta llegar casi a la otra acera… pero ella sigue hablando… al final le dices (ante un pequeño tirón de la perra) que «¡Huy! ¡Xula tiene muchas ganas de irse!» y ella que saluda con la mano, pero en el fondo le da igual, sigue hablando con su Choni y al poco rato encuentra a otra victima que se le acerca a la que le vuelve a explicar toda su vida y la vida de su perro… Porque si, también explica su vida, no la vida de Choni, sino SU vida…
Qué hacer cuando te topas con el loc@ de los perros.
Cuando te topas con el típico loc@ de los perros, acabas con la cabeza como un bombo, agotada y cabreada… con los siguientes dueños que te encuentras por el camino ni abres boca, no sea que te vuelvas a encontrar con otro por el estilo… Te ha jodido el paseo, si… así que para futuras perrunadas de estas, tened un poco de vista, cuando veais que después de los cinco primeros minutos aún está hablando del bautizo de su perro, iros por patas… soltad al perro y haced ver que se ha escapado… gritad ¡Fuego! o haceros los desmayados… cualquier cosa será mejor que aguantar su agotador rollo… doy fe…